El Papa Francisco anunció que nos encontramos este 2021 en el año de la familia, nos hizo un llamado a examinar el lugar de ésta en la Iglesia Católica y a acompañar a las parejas hacia el matrimonio y a las dificultades de la vida conyugal.
Pero, ¿tenemos claridad del significado de Familia?
Según el diccionario de la Real Academia Española, Familia es: Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje. Hijos o descendencia.
Según la sociología, el término familia se refiere a la unidad social mínima constituida por el padre, la madre y los hijos.
Según el Derecho, la familia es un grupo de personas relacionado por el grado de parentesco.
Y para nosotros los católicos ¿qué significa la familia?
La familia se define como “la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida”. La Doctrina Social de la Iglesia define el bien personal de la familia como comunidad de amor, santuario de la vida y ambiente de humanidad, ejemplo de ello es la Sagrada Familia, donde la grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús, siendo la Sagrada Familia fuente de espiritualidad para toda familia y para toda la Iglesia. Al respecto, el Papa Francisco nos dice: “Cuando nos preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, cuando entendemos sus problemas y esperanzas, sus esfuerzos repercuten no sólo en beneficio de la Iglesia; también ayudan a la entera sociedad”.
Existen y se reconocen distintos tipos de familias como: las monoparentales, compuestas por padre o madre con sus hijos e hijas; las familias extensas o consanguíneas, compuestas por abuelos y abuelas que tienen el cuidado y la crianza de sus nietos y nietas, o tías y tíos que cumplen el rol de padre y madre de sus sobrinos y sobrinas; también existen las familias cuidadoras, aquellas que sin mediar vínculo consanguíneo cuidan y crían a niños, niñas y/o adolescentes.
Ahora bien, teniendo claro el concepto de familia, podemos analizar si estamos cumpliendo como “iglesia” el mandamiento de Dios, el cual el Papa Francisco nos recuerda este año y cuando digo iglesia no sólo me refiero a la comunidad unida en el templo, sino a la iglesia de cada hogar, esa iglesia pequeña, doméstica donde nacen los principales valores como el amor, respeto, perdón, tolerancia, equidad, comunicación, entre otros. Observando cómo está la sociedad en la actualidad, me debo cuestionar si lo estamos haciendo bien desde nuestros hogares, al parecer nos hemos olvidado como iglesia domestica que somos el primer núcleo formador, siendo importante mantener costumbres y ritos que debemos transmitir a nuestros hijos e hijas, (en lo personal me lo enseñó mi abuelita), “La familia que reza unida permanece unida”. También el poder asistir a misa, aunque sea virtual durante este tiempo de pandemia, hacer obras sociales saliendo de nuestra zona de confort e ir al encuentro con los otros, como dice nuestro padre. Estoy confiada en el señor que desde nuestra fe podemos encontrar vínculos fraternos, tanto dentro de nuestras familias nucleares como en la comunidad parroquial con una pastoral integral y finalmente por qué no soñarlo como sociedad toda.
Como dice el Papa Francisco: «En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean serios, profundos, puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios».
¿Es realmente nuestra familia una iglesia doméstica, una casa de oración donde se experimenta esta comunión sincera?, los y las invito a reflexionar y realizar un examen de conciencia sobre el aporte de cada uno de nosotros en nuestras pequeñas comunidades llamadas familias.
Karen Villarroel Brito.